Calancas de Piana

El corazón de las Calancas de Piana, esculpido en la roca por los vientos mediterráneos.

Las Calancas de Piana son un sitio natural espectacular que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1983. Son una de los dos tesoros del Parque Natural Regional de Córcega, junto a la Reserva Natural marina y terrestre de Scandola. Están situadas en la costa oeste de Córcega, en Piana, entre Calvi y Ajaccio, al sur de la bahía de Porto.

Al contrario de la Reserva de Scandola, pueden observarse tanto desde la tierra como desde el mar. Se trata de enormes formaciones escarpadas de roca granítica y color anaranjado, que están perforadas por cavidades, los taffoni, resultado de las variaciones de la temperatura, la humedad y las brumas del Mediterráneo y los fuertes vientos.

Nota: una «calanca» o «calanque» en francés es una especie de fiordo mediterráneo, un golfo estrecho y profundo, entre montañas de laderas abruptas.

Las Calancas de Piana por mar

Ver las calancas desde el mar, ofrece un punto de vista diferente y también muy interesante. Los barcos salen de Porto y tienen una duración de una hora y media. Además, en esta excursión en barco suele incluirse el sur de la bahía de Porto: el Capo Rosso, que parece una península, ya que cierra la bahía de Porto (en lo alto del Capo Rosso, a 331 metros, hay una torre genovesa, la Tour de Turghiu, y unas vistas panorámicas de 360º en las que se ve Cargèse y las Calancas de Piana. El Capo Rosso destaca también por las paradisíacas calas de arena blanca).

Las calanques se presentan ante el visitante como imponentes bloques rocosos esculpidos que recuerdan, a veces, a siluetas de animales. De hecho, hay una formación rocosa llamada «tête de chien» («cabeza de perro»). Incluso hay otra conocida como «Corazón en la montaña» por su forma de corazón. Muchas de ellas tienen una altura de 300 metros, lo que las hace todavía más espectaculares.

A lo largo del recorrido pordrán ver una sucesión de cuevas o «ventanas» que se sucederán ante sus ojos hasta que lleguen a la llamada «piscina del Capo Rosso» de unos 4 metros, en la que se pueden observar los fondos marinos. Los colores van cambiando: de los tonos grises a tonos más calientes que van del amarillo anaranjado al rojo.

El precio del viaje es de unos 10€ por persona y 45€ si es un grupo, e incluye la Reserva de Scandola y las Calancas de Piana.

La Calanca de Piana por carretera. Observen qué estrecho es el paso y qué bellas las rocas.

Las Calancas de Piana por carretera

Lo mejor para moverse por Córcega es alquilar un coche, ya que les ofrecerá una mayor libertad de movimiento. Tienen que coger la carretera D81, que une Porto y Piana – pueblo considerado uno de los más bonitos de Francia – y es bastante estrecha y sinuosa, y atraviesa estas impresionantes rocas rojas.

La circulación es difícil, por lo que se hace complicado disfrutar del paisaje. Aunque, a decir verdad, se puede estacionar en algunas zonas, así pueden tomarse el tiempo que quieran en admirar las rocas esculpidas por la erosión que parece que quieren tirarse al mar. De todos modos, no olviden la prudencia, puesto que en algún momento es difícil que circulen dos coches al mismo tiempo. Tampoco olviden que la carretera D81 no tiene acceso al mar.

Sepan que el mejor momento para observar las calancas de Piana desde la carretera es con la puesta de sol, ya que las rocas reflejan la luz del atardecer y su color rojo se vuelve más intenso aún. También pueden contemplar el azul turquesa del mar y los arrecifes, ¡todo un espectáculo!.

Las Calancas de Piana a pie

Otra forma de descubrir las calanches consiste en hacer una ruta de senderismo, gracias a los numerosos senderos que nos ofrecen una «vista del interior». La más corta es la ruta del «château fort» (señalización amarilla), que dura 45 minutos (ida y vuelta) y les lleva a un promontorio rocoso cuadrado que nos hace pensar en una fortaleza (es el Château Fort), desde el que podemos disfrutar de una vista de la bahía de Porto. El punto de partida es en la carretera D81, 800 metros antes del chalet des Roches Bleues (como punto de referencia pueden tomar la «tête de chien» de la que hablábamos antes).

Otra ruta de senderismo es la del «Chemin des muletiers» (señalización azul), que dura una hora y media ida y vuelta. Hay que salir del parking del Chalet des Roches Bleues, y se trata de un antiguo camino que unía Porto a Ota. Las vistas de las Calanques y de la bahía de Porto son magníficas. Para volver hay que tomar a la derecha hacia la carretera antes del polideportivo de Piana, y así llegar al punto de partida por la D81.

Una tercera posibilidad es la ruta de «La pinède» (1 hora ida y vuelta) (señalización azul) que comienza a 100 m. por encima de las Roches Bleues y hay que ir hacia Porto a través de pinares. La vista de las Calancas y la bahía de Porto es también muy buena.

Otra de las rutas de senderismo es conocida como la «Châtigneraie» y es un poco más larga: dura 2 horas y media ida. El punto de partida es Piana, ese pueblecito de casas blancas dispuestas en anfiteatro que miran al mar. Hay que salir del estadio de Piana, pasar por una pasarela y seguir a la derecha. En realidad, se trata de un camino forestal con bastantes desniveles, que lleva a un castañar (châtaigneraie) y a una fuente antes de descender por la D81 que ofrece unas vistas vertiginosas.

Y para terminar, la ruta más larta, la de «Capo d’Orto» (6 horas ida y vuelta) (señalización verde), que sale del pont du Mezzanu (salida norte de Piana, dirección Porto). NO es una ruta muy fácil, ya que nos lleva a Capo d’Orto a una altura de 1294 metros. Hay que seguir por el río Mezzanu, tomar a la izquierda en la fuente de Piazza Monica y después a la derecha en la intersección siguiente. Las vistas son extraordinarias. Para volver, pueden continuar todo recto hasta la intersección en lugar de volver atrás por la fuente.